Se presentó el segundo bloque de producciones nacionales independientes en el Marfici.
El segundo bloque de Cortometrajes Nacionales en Competencia del Marfici no decepcionó. En la sala Melany se proyectaron nuevamente siete cortometrajes de todo el país. Muy variados y ricos en temáticas, materialidad, puntos de abordaje y actuaciones. “Un pasaje de vuelta” de Robert Lizardo fue el encargado de abrir este segundo bloque.
El más crudo de los cortometrajes visto hasta el momento. La historia de Charo, una prostituta dominicana, que vive en Buenos Aires nos muestra una realidad cotidiana que no deja de ser un flagelo. El último plano con movimiento de cámara haciendo travelling, evoca por completo el sentido del cortometraje. “La vida no es un tango” de Yamila Pérez es un corto de ficción sobre el amor y el encuentro. Es un proyecto que surgió de un grupo de adolescentes de la Asociación Civil de José C. Paz. Una muy buena excusa para la integración.
“La loca Matilde” dirigido por Alberto Romero cuenta la historia de Dios. Un Dios femenino que ha decidido recluirse en el Hospital psiquiátrico Braulio Moyano. Graciosa, con actuaciones firmes, y una introducción atractivamente relatada. Luego fue el turno de “Once, Sensaciones” de Romero y Yoffe. Un ejercicio de edición, ritmo y color, que toma como centro de interés el barrio de Once y las telas. Un competidor directo de “Composición para goteras en lluvia sostenida” (proyectada en el bloque I de Cortometrajes Nacionales en Competencia).
El más sobrio de los cortometrajes de este bloque de competencia fue “Fin de semana” de Moroco Colman. La incomunicación, la soledad y la angustia de un personaje, relatada con poco diálogo y dejando que los planos hablen por sí mismos. Una muy interesante realización. Goyo Anchou dirige “Del Amor”. Un cortometraje que sale de las normas establecidas para hablar del nacimiento del amor, con imágenes muchas veces desconcertantes, sin una línea argumental fuerte definida. El bloque II de la competencia se cerró con “Juan del Monte” de Juan Carlos Camardella. Se trata de una animación sobre las aventuras de un zorrito en el norte argentino con una única meta: cazar unas gallinas. Un muy buen nivel de realización, voz en off acorde a la historia, y un tratamiento del humor excelente.
Fuente: Punto Noticias
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